ANTIGUO TESTAMENTO
¿ESTÁ MARÍA SANTÍSIMA PRESENTE EN EL ANTIGUO TESTAMENTO?
«Te pisará la cabeza», «una doncella está encinta», «la que ha de dar a luz» …
Afirmaba el célebre obispo de Hipona que "el Nuevo Testamento está oculto en el Antiguo y el Antiguo Testamento se pone de manifiesto en el Nuevo" (San Agustín: "In Vetere Testamento Novum Latet, et in Novo Vetus patet". Quatest. In Hept, II 73: ML 34,623).
El Antiguo Testamento es una prolongación y gradual preparación para la venida de Cristo. Jesús está presente en todas las páginas de la biblia y todos los escritos veterotestamentarios se centran el Él. "Ubique de Ipso": Él está presente en toda la historia del pueblo elegido. (Bastero de Elizalde, Juan Luis, "María Madre del Redentor", EUNSA, Navarra, España, 2004, pág. 79).
Estando entonces la Sagrada Escritura escrita en función de Nuestro Señor Jesucristo y dada la unión extraordinaria que hay entre el Hijo y su Madre, parece natural -al menos es lo que opinan muchos y grandes teólogos- que "el Hijo y la Madre se encuentren unidos en las profecías como luego lo estuvieron en la vida real". "Si queremos encontrar textos referentes a Nuestra Señora en el Antiguo Testamento, tenemos que buscarlos bajo la forma de revelaciones o profecías" (Carol, J.B. OFM, Mariología, BAC, Madrid, 1964, pág. 55).
Por esa razón María se encuentra presente, al menos, de forma indirecta, en toda la Biblia, debido a la indisociable unión entre el Hijo y la Madre, y por ello podemos decir: "Ubique de Ipsa". Si la Biblia es el libro de Cristo, debe ser, entonces, el libro de María. (Bastero de Elizalde, Op. Cit. pág. 80).